lunes, 31 de marzo de 2014

La atención y el aprendizaje

Aquí os dejo un pequeño trabajo de investigación que he hecho mostrando un poquito la importancia de la atención en los procesos de aprendizaje.

El nivel general de alerta, también llamado nivel general de activación o nivel general de vigilancia, afecta a la estimulación de la función cerebral y a la forma en la que reaccionamos ante las señales de alarma (Anaya Nieto, 2009, p. 63).
La atención selectiva hace referencia a las diferencias de activación entre las distintas redes neuronales por lo que también puede ser llamada atención en su sentido más estricto (Anaya Nieto, 2009, p. 63).
Una vez introducidos brevemente los términos nivel general de alerta y atención selectiva se puede proceder a definir el aprendizaje como la “adquisición de conocimientos, especialmente en algún arte u oficio” (Real Academia de la Lengua Española [RAE], 2005).
El cerebro es el lugar donde se produce el aprendizaje, y para que dicho aprendizaje se produzca leyes como la Ley de Yerkes-Dodson nos explican las relaciones entre el nivel general de alerta y el rendimiento cerebral demostrando que la capacidad de productividad se incrementa a la par que lo hace la activación, pero sólo hasta llegar a un cierto nivel, puesto que sobrepasados esos niveles de activación el rendimiento comienza a disminuir (Anaya Nieto, 2009, p. 63).
En cuanto a la atención selectiva también puede decirse  que tenga importancia en el aprendizaje, puesto que si se concentra toda la atención en algo determinado se favorecerán los intercambios sinápticos de esa zona determinada y por lo tanto se ayudará a lograr el aprendizaje (Anaya Nieto, 2009, p. 64)

Existen distintos factores como la emoción, el sueño, la alimentación, etc…, pero en este caso podemos decir que el nivel general de alerta y la atención selectiva, que a su vez forman parte de la atención, son importantes para favorecer el aprendizaje.
La atención y todos los procesos cerebrales que se derivan de ella forman una parte esencial en el proceso de aprendizaje, pero para que este proceso de aprendizaje se realice de una manera positiva, los niveles de activación y atención deben estar dentro de unos límites, puesto que unos niveles bajos o unos niveles altos de dichos factores llevan a un proceso en el que el rendimiento en el aprendizaje puede descender de manera importante.
Estudios como los de los psicólogos Robert Mearns Yerkes y John Dillingham Dodson desarrollan una relación entre motivación y rendimiento con la teoría de la “U” Invertida, también conocida por la Ley de Yerkes-Dodson debido al apellido de sus inventores. Esta Ley expone la relación directa entre la motivación o activación y el rendimiento, pero sólo hasta un nivel determinado, puesto que una sobre activación hará que el rendimiento baje. Un claro ejemplo de esta teoría podemos encontrarlo en un estudiante que tiene una motivación muy baja, que también puede ser equivalente a un alumno aburrido, al que es importante que motivemos, pero siempre teniendo presente que dicha motivación será efectiva hasta llegar a cierto punto, puesto que si sobre motivamos al alumno los resultados volverán a ser similares que cuando se encontraba en un grado de estimulación bajo. Un estudiante con un grado de activación muy alto puede llegar a colapsarse, puede entrar en una situación nerviosa que le haga obtener peores resultados académicos que un estudiante con un grado de motivación más moderado (Vera Ruiz, 2009).
Como todas las teorías, la teoría de la “U” Invertida, ni es la única que versa sobre la atención ni es aceptada por todos, puesto que hay más investigadores que han realizado sus propias teorías y hay otros que la cuestionan.
David McClelland, en su Modelo de las Tres Necesidades, afirmó que la mayor parte de la gente tiene y muestra una combinación de la necesidad de logro, necesidad de poder y autoridad y necesidad de asociación, entendiéndose por necesidad de logro el superar mediante el esfuerzo las propias metas que uno mismo se marca, la necesidad de poder y autoridad es aquella que nos hace querer influir, enseñar o animar a los demás para que puedan llegar a conseguir sus propias metas y por último la necesidad de asociación es aquella que nos hace querer interactuar con el resto de la gente. Para McClelland las personas en general son una mezcla de estas necesidades, pero no necesariamente en partes iguales por lo tanto su rendimiento en distintas áreas dependerá de la necesidad o mezcla de necesidades hacia las que se incline. Una persona que tenga grandes necesidades de logro puede ser un buen líder, así como una persona con gran necesidad de poder mostrará un gran compromiso con lo que hace (Mendez Benavides, 2009).
Como acabamos de ver en la teoría de McClelland los distintos aprendizajes pueden lograrse en función de las necesidades que desarrolle cada individuo, y no dependiendo, como en el caso de la teoría de la “U” Invertida de que el nivel de atención sea alto o bajo.
Estas dos teorías anteriores parecen coincidir en que una persona equilibrada en sus necesidades y con unos niveles de atención óptimos será capaz de lograr el aprendizaje de manera eficaz.
En tiposde.org se puede observar que dentro de la atención, no existen sólo el nivel general de alerta y la atención selectiva, puesto que si hablamos de los mecanismos usados por los individuos también nos encontramos con la atención sostenida y la atención dividida y si hablamos del nivel de control de voluntad existente entonces nos encontramos con la atención voluntaria e involuntaria.
La atención sostenida es aquella en la que necesitamos estar  concentrados en una determinada tarea durante un gran periodo de tiempo y la atención dividida es aquella en la que el individuo es capaz de prestar atención a varios estímulos a la vez.
En relación con el nivel del control de la voluntad, atención involuntaria es aquella en la que el sujeto no se dirige hacia los objetos o situaciones de forma intencionada y no tiene nada que ver con las necesidades de los individuos, ya en la niñez surge la atención voluntaria como desarrollo de la involuntaria y ya se observa cómo pueden señalarse y nombrarse objetos con independencia de los padres (TiposDe.org, 2014).
Los niños que sufren trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), tienen muchos problemas para mantener la atención sostenida y aún más si la tarea que tienen que realizar es algo repetitiva, al principio empiezan a desarrollarla de manera normal, pero rápidamente pierden el interés por la tarea, y aunque se les aliente a seguir realizándola, volverán a perder el interés rápidamente y por lo tanto su aprendizaje no podrá verse favorecido. Esta atención sostenida puede ir trabajándose y mejorándose poco a poco, debemos partir sobre la base del tiempo que es capaz un niño de mantener la atención sobre algo e ir aumentándolo en la medida que el niño sea capaz de hacerlo. Para que esta tarea sea efectiva debe realizarse de manera sistemática (psicologoescolar.com, 2012).
Un buen ejemplo de cómo afecta la atención al aprendizaje lo podemos encontrar en la atención dividida, y más concretamente en el ejemplo de una persona que es capaz de conducir y hablar simultáneamente. Cuando una persona lleva poco tiempo conduciendo tendrá muchas dificultades para poder hablar a la vez que conduce, puesto que aún no ha interiorizado bien la conducción, pero en el momento que aprenda a conducir e interiorice y automatice todos los movimientos y conocimientos, dicha persona no tendrá ningún problema para hacer esas dos cosas al mismo tiempo.
Tal y como he podido observar a lo largo de esta investigación puedo concluir que la atención es una parte importante en lo que se refiere al aprendizaje, pero ser importante no significa que sea el único factor.
Cada teoría existente sobre la atención está centrada en una de sus características, y aunque en un primer momento parezca que las distintas teorías no tienen mucho en común, juntándolas todas podemos llegar a hacernos una idea de lo importantes que son todos los factores que influyen en la atención para poder lograr un desarrollo correcto del aprendizaje y de las cualidades de cada individuo.
Es necesario conocer el cerebro humano y los procesos que se dan dentro de él para poder guiar a los individuos hacia la consecución del aprendizaje de manera efectiva, teniendo siempre en cuenta que aunque, a priori, todos somos iguales cada individuo puede tener distintas particularidades e incluso enfermedades que si se saben tratar y se sabe establecer una adecuada planificación pueden superarse, pero si por el contrario por desconocimiento se procede de manera errónea pueden causarse daños muy difíciles e incluso imposibles de superar.
Si sabemos equilibrar todos los factores que afectan al aprendizaje y al rendimiento como son la estimulación ambiental, la atención, la emoción, el sueño y la alimentación y el ejercicio físico, podremos lograr un grado de desarrollo óptimo de las capacidades del ser humano.
Jorge Gomera.

Referencias bibliográficas:
Anaya Nieto, D. (2009) Bases del aprendizaje y la educación. Madrid: Sanz y Torres

Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe

Mendez Benavides, R. (2009),  recuperado de

Psicólogo escolar, (2012) recuperado de

TiposDe.org, portal educativo, (2014), recuperado de
http://www.tiposde.org/general/518-tipos-de-atencion/

Vera Ruiz, A. C. (2009), recuperado de